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sábado, 1 de octubre de 2011

Yo soy RESCATADO!

Harry y Valiente


RESCATAR. Salvar, sacar de un peligro. Recuperar algo perdido u olvidado.

Creo que más de uno de los que lee este blog, ha vivido un rescate. Haberlo visto de lejos, haberlo compartido por fotos, haber expresado tu agrado en una red social, haber sido quien ayudo a otro. Prestamos mucha atención a lo que no hacen nuestros líderes políticos, criticamos la situación de nuestro país y del mundo, pero poco vemos los pequeños milagros de cada día, a la vuelta de la esquina.

En la labor de las diferentes ONG en la protección, cuidado, respeto, trato ético, rescate, refugio, y adopción de los animales sin hogar, reconocemos algunas personas y animalitos que se han vuelto parte de nuestras páginas principales de Facebook y Twitter, a diario. Les llaman "famosos". Son los RESCATADOS. Nos interesan, nos preocupan, nos alegra su progreso y se ganan nuestro corazón. Los seguimos fielmente, hasta su final feliz... que tarde o temprano, siempre llega.

Gio Bacigalupo con Flofy y Dosto.
Dosto, descansando en su camita.
Es difícil ser observado, se espera mucho del rescatista, y mucho del rescatado. El proceso es largo y doloroso. Comienza con ser encontrado. Que alguien se apiade del dolor que grita en silencio, y en silencio es ignorado. No perder la esperanza, guardar las fuerzas hasta que alguien llegue, se apiade y actúe. "Apiadarse"... es realmente esto lo que sucede? Yo lo veo más como un grito en la conciencia de algo que POR DERECHO merece cualquier ser vivo: RESPETO. Y entonces, ayudando mostramos nuestra consideración a aquél que, al igual que nosotros, fue puesto en este mundo para ser amado.


Dosto en su recaida de salud.

Dosto mejorando.

































Dosto y Dante, los amores de Gio.

Harry, hallado en el Malecón del Salado.
El siguiente paso es el traslado. Todas la víctimas de maltrato estan heridas, física o psicológicamente, y eso sucede en TODOS los seres vivos (aquél que me diga que un animal no siente o no recuerda, no ha tenido mascotas). A dónde llevarlo? Lo más probable es que en ese momento nos llenemos de pánico, pensando en lo que nos hace falta: dinero y aprobación. Dinero para ayudarlo, y aprobación de nuestra familia para apoyarlo con hogar y comida. A todos nos ha pasado. Pero entre dejarlo y seguir de largo, y arriesgarnos a recibir el regaño del siglo, elegimos bien... elegimos no ignorar. 





Jessi rescatando a Esica; con Toty y Lobo en el Veterinario.
Rápidamente nos contactamos con cualquier conocido nuestro que sepamos que tiene alma, y le pedimos ayuda con transporte (si no contamos con uno propio), o apelamos al alma caritativa de algun taxista no idiota, que colabore en la ayuda. Este ya es un paso difícil, y aún así sigue la dificultad de encontrar la ayuda médica. Algunas veces es muy tarde en la noche, no hay clínicas abiertas. Otras están saturadas de pacientes, no hay espacio. Y otras veces somos recibidos, se les da la atención primaria, se los alivia del dolor, se envian exámenes, pero no nos podemos quedar. Entonces, la desesperación continúa.

Yadira con Harry en la veterinaria.
Es importante rescatar la labor de los médicos y sus clínicas. Ellos amablemente abren sus puertas a pacientes en las peores condiciones inimaginables, y sin un centavo. Ofrecen sus servicios sin costo, y apenas si solicitan que se cubran los gastos de medicamentos. Sin ellos y su loable labor, no habrían finales felices. Es un alivio en nuestros corazones ver que ese pequeño ser recibe atención, cuidado y su dolor mitiga, aunque no desaparece. Es tan grande el daño que han sufrido, que una Cefalexina no lo aliviará en pocos minutos.


Entonces, qué hacemos? Dónde podemos ubicar a este hermanito adolorido. Seamos realistas, no hay donde. El mejor y único lugar que nos queda como opción es nuestra casa, y es ésta el primer "hogar temporal". Allá nos espera el regaño de nuestros padres, el apoyo (o a veces la mala cara) de nuestro esposo o esposa, y la curiosidad de nuestros hijos. En ese momento nos invade la incertidumbre. No es como lo imaginamos al comienzo. Nuestras expectativas eran muy altas, creímos que con sacarlo de su infierno era lo máximo. Es un gran paso, pero es solo el inicio. Es hora de llevarlo a su nuevo hogar temporal, donde el dolor y soledad terminan.

Yadira brindándole una frutilla a Harry. No le gustó.
 
Harry después de su rescate.
La definición es clara. Todos entendemos la función de un hogar temporal? No, no todos. No es darle alojamiento únicamente. Si lo vemos de manera fría, ellos ya tenían "dónde estar". Ese espacio de cemento debajo de la sombra de un árbol, con la tarrina de sobras de comida mosqueandose a unos pocos centímetros de distancia, el vaso de agua con polvo más allá, eso ya era su hogar. Eran sobras de caridad, insuficientes, pero eran "algo". Ellos requieren un nuevo ambiente, donde se asegure su bienestar: lugar ventilado con sombra, que lo proteja del sol y de lluvias, un piso adecuado, un buen baño, comida y agua fresca (la que requieran según sus necesidades), administración de medicamentos, curación diaria de sus heridas, atención a su evolución, un lugar donde dormir... y AMOR EN EXCESO. No solo su cuerpo está herido, su corazón también. Ellos confiaban en alguien que los desechó como basura.

Pedrito, recibiendo atención médica.
No termina aquí. La evolución de la enfermedad debe ser continuamente chequeada por el médico. Algunos requerirán cirugías, o regresar y ser internados. Es tan frágil la salud, que si bien puede mejorar rápidamente con comida y medicinas, otros necesitan un tratamiento largo y doloroso, y con mucho dolor vemos como otros no logran superar las injurias recibidas... y nos abandonan. Pero no por esto habría que rendirse. La dignidad con la que fueron tratados, el amor recibido y los cuidados ofrecidos en sus últimas horas, son el mejor regalo que pudimos darles... porque aunque sea es ese momento volvieron a ser "mascotas de alguien", protegidos y valorados. (En honor a Wolf, Suertudo, Pedrito y todos aquellos que ahora son cuidados directamente por Dios)

Jéssica Vallejo con Scooby, ya operado.




















Harry con su herida casi cerrada.
Lobo con sus orejitas mejorando.
















Largo es el proceso de recuperación, de su salud y su confianza. Pero una vez logrado esto, de haber rehabilitado a esa víctima y lograr que vuelva a creer que existe bondad en el mundo, la satisfacción es indescriptible. Ni siquiera ganar un mundial, conseguir un aumento de sueldo, o bajar 7 libras en dos semanas se compara a la alegría que se siente cuando aquél que al inicio te miraba con temor, ahora te saluda moviendo su colita, acurrucándose entre tus brazos y lame tus lágrimas de felicidad. Esto es lo que motiva a seguir adelante cada día! Y entonces llega el momento agridulce de la adopción. Sí, agridulce. Porque has participado tanto en su mejoría y cuidados, y en que se sienta realmente amado, que ves con recelo la posibilidad de que otro lo proteja tanto como tú lo has hecho. Pero hay que confiar, y cuidar de lejos. Hay que trabajar en grupo para ayudar a más. Uno sólo no puede cambiar el mundo. Además, tendrá muchas más personas que lo amen y estén pendientes de él.

Ximena Molina en la Expopet, con un guapo Shar Pei.

Margarita Buendia y su Morena.
Gio y Jessi con Dosto, Lobo y una pequeña gordilla.

Jéssica y Harry.
Scooby descansando en la sombra con Jessi.
Margarita y Morena, en la mejor foto que he tomado.
Un animalito que ha sido rescatado, aliviado de su dolor, curado de sus heridas, sanado de sus enfermedades; que recibió comida, agua, medicinas, atenciones, un techo, sombra, limpieza y muchisimo afecto... aprende que la esperanza no se debe perder. Aprende a confiar nuevamente, a no guardar rencor, a no ignorarnos, a no temernos. Sabe que no ha hecho nada malo para haber sufrido tanto, solo se topó con las personas equivocadas, pero ahora estará bien. 

Lobo listo para ir a la Expopet.
Lobo conquistando en la Carpa de Adopciones.













Jessi y Lobo.

Si ellos, a quienes algunos llaman "seres irracionales", pueden superar ese episodio triste de sus vidas, seguir adelante y amar sin medida a sus nuevas familias, por qué los humanos decimos que no podemos? Son ellos o somos nosotros los que necesitamos ser salvados? Todos podemos tener un final feliz, es cuestión de dejar los rencores atrás, no esperar disculpas y ofrecer perdón a manos llenas. Abrazar a nuestra familia a cada instante y moverles la colita.

Scooby y su nueva mamá, Gaby Luzuriaga.

Nena y su nueva mamá, Andrea De Concilis.





















Mi nombre es Natalie Vasconcellos, y yo fui RESCATADA por Harry, Lobo, Scooby y Dosto, por Suertudo, Pedrito, y Wolf... por Morena, Valiente, Cindy y Nena... y por todos aquellos que me despiertan sensibilidad y me impulsan a actuar, a no dejar que mi silencio los calle, a no permitir que la indiferencia los mate. Son quienes no me permiten olvidar que existen otros que siguen siendo maltratados y que hay que sacarlos de su miseria y aliviar su dolor, actuando y educando, denunciando y castigando. Son quienes soportan todo tipo de heridas, afectivas y físicas, y aun así siguen siendo capaces de amarnos. 

Ellos son los héroes. 
Nosotros... los rescatados.

Natalie Vasconcellos con sus rescatistas, Catorce y Harry.

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