Me perdí en su mirada... jamás había visto una tan triste. No sé si era por el dolor, o era por la soledad, a pesar de estar rodeada de tanta gente.
No tengo idea de como escribir esto sin sentirme responsable de su vida. Sin rogar a la Vida que mis letras tengan sentido para quien las lee. Mi idea no es inspirar lástima, sino que a través de esta pantalla fría, sientan que una vida esta luchando por tener un día más.
Comprendo claramente que no somos eternos... y que la medicina tiene un límite. Un corazón humilde sabe hasta dónde debe llegar. Pero, hasta dónde debo llegar, si después de hablar con ella, sentí que me pedía un día más?
Un día más de qué?
Un día más de ver el sol salir, y la brisa corriendo por sus orejas... Un dia más de una sonrisa de aquél que le abre la puerta... Un día más del ruido de un cachorrito ladrando porque tiene hambre. Un día más de las caricias de aquellos que la ven hermosa, aun cuando no haya ganado mucho peso. Un día más de risas, de césped, de aroma a comida, de lamer las lágrimas de aquél que sufre por verla bien. Un día más de estrellas en el cielo, cuando todo se vuelve oscuro... Y un día más para agradecer el aire que entró por sus pulmones mientras vivía "un día más".
Ella sabe que no esta bien, ella sabe que no queda mucho... Ella lo sabe, y yo lo sé. Sé que llegará el día en deberé despedirla, hasta que nos volvamos a ver. No me duele verla ir, me dolería empujarla a eso. No haber agotado mi último esfuerzo por verla feliz... un día más.
Ama el sol... puede quedarse horas echada bajo sus rayos... ama las nubes y como pasan lentamente. Ama la lluvia, y su olor cuando cae en la tierra. Le recuerda el lugar al que llamaba hogar. No los culpa, los perdona... ellos no sabían cuánto estaba sufriendo.
Tiene amigos que vienen y van... juega con ellos, aunque se canse. Sabe que tendrán más tiempo que ella. Y disfruta verlos correr, saltar y recostarse.
Puedo ver a través de sus ojos, que ha vivido mucho en tan poco tiempo. Sabe más de la vida que muchos de nosotros, y por eso aprecia cada momento.
Ella no creyó que saldría de ese lugar... jamás. Ella no creyó que la persona que la vio crecer de lejos, sería quién la rescataría del dolor y la soledad. Ella no creyó muchas cosas que hoy son su día a día. Y sobre todo, no creyó que aquella visita al doctor, determinaría el resto de su vida.
Ella, no creyó estar tan mal. Pensó que tendría más tiempo...
Ahora yo pienso, si hubiera preferido tener más tiempo en donde estaba, o menos tiempo en donde está...
Esa bendición magnífica que tenemos ciertos humanos de comprender lo que te dice otro ser vivo, sin necesidad de escucharlo... no puede ser pasada por alto. Desde el momento en que ellos te escogen, son tu responsabilidad.
Y ahora es mi responsabilidad pasarles su mensaje: Ella quiere un día más.
Jael fue rescatada de un hogar que no pudo darle la atención médica oportuna que necesitaba. Que la tenía viviendo en la tierra, sin agua y sin comida. Su tumor creció tan rápido, que se creyó inicialmente que era por un trauma. Desde ese día vivió rodeada de amor, de juegos, de cuidados que nunca había experimentado. Podíamos notar en su mirada, lo agradecida y contenta que estaba. Pero ante su pérdida de peso contínua, se solicitaron radiografías que confirmaron la sospecha: Su tumor no era por un golpe, era cáncer. Y su cáncer llegó a sus pulmones. Esto hace que por ratos, respirar le sea un poco difícil. Es una hermosa perrita, con un pésimo pronóstico. La medicina le dice que no hay más que hacer. Reconoce sus límites, de manera humilde. Pero como humanos? Aun podemos hacer algo?
Jael se ha deprimido a partir de conocer esto. Come con mucho apetito, pero está triste.
Hablaba con ella ayer, no de ésto... no creo que quiera escuchar más de donde provienen sus tumores. Hablaba con ella de lo bellos que son sus ojos, y de lo bien que huele su pelo. Que me alegra haberla conocido todo este tiempo, y que la amo mucho. No le mencioné temas que en mi cabeza no dejan de dar vueltas mientras la veo... pero sé que ella lo pudo notar. Se me salió una lágrima porque no.. no soy de hierro, y no me pude aguantar por más que quise. Se levantó, a pesar de estar cansada, y me lamió la mejilla. Me miró fijamente, como solo ella sabe hacerlo. Pensé que me diría que no haga más, que lo deje todo ahí, que ha sido suficiente... Pero por primera vez, alguien... ella... me dijo que quería un día más.
Para mí, eso basta para luchar por ella.
Me despedí y le dije que volvía más tarde. Que si estaba dispuesta a vivir, que me de una señal. Los seres humanos solemos ser tontos, así que no está de más pedir ayuda para entender las cosas. Me miró con la duda de volverme a ver. Pero sí volví. Volví por mi señal.
La encontré animada, corrió al vernos. Movía su cola como helicóptero! Se sentó junto a quién la vio crecer y la ayudó a salir de su tormento. Se acercó a mi nuevamente, y me lamió la mejilla en su forma particular y osada de saludarme con cariño. Le dimos de comer, y lo hizo con muchas ganas. Le ladró a un perrito que estaba por ahí queriendo llevarse su comida, y volvió a nosotros.
Cómo puedo explicarles que siento que si no hago esto, si no les ruego a todos que me ayuden a darle los MEJORES últimos días de su vida, me consumiré por dentro?
Ella tiene una deuda pendiente en la veterinaria que la atendió hasta donde se pudo. Estamos recaudando donaciones para cancelarla. Pero ahora, lo que más nos urge, es encontrar ese hogar que la pueda recibir y darle TODO EL AMOR que no recibió en su vida. Que la haga sentir que cada día es una bendición, que no habrá perrita más amada en el mundo, y que haber venido a esta tierra que se llena de odios, dolor, y tristezas... dentro de todo... habrá valido la pena.
Un día más es lo que ella me ha pedido con su mirada. UN DIA MAS es lo que yo les pido a ustedes que me ayuden a darle a alguien que no conocen, sino a través de mis letras.