Como algunos sabrán, mis rescates felinos apenas iniciaron en este año, cuando rescate a Sol y los trillizos en Durán... pero inmediatamente los di en adopción.
Sol, el día de su rescate, me acompañó en la consulta todo el día. |
El verdadero rescate, el que marcó mi vida, fue el de Fito y Joaquín, quienes estuvieron a punto de morir ahogados en un tanque de agua porque "no eran de nadie".
Fito y Joaquin, el día de su rescate. |
Pasé de rescatista a hogar temporal, a transporte, a hogar definitivo. Superé mi miedo a los gatos, adquirido a los 5 años por haber aruñada por un gatito salvaje. Limpiando heridas por 1 mes, dando medicinas, buscando la mejor comida, leyendo todo sobre gatos... empecé a darme cuenta cuanto tiempo había perdido de conocer y admirar a esta hermosa especie.
Fito, en la actualidad. 9 meses. |
Joaquin y Fito, en la actualidad. 9 meses. |
Posteriormente, ayudé a ubicar en un excelente hogar a Molly, una de las hijas de "La Vecina", y creo que esa experiencia me enseñó aun más lo fantásticos que son los gatos con los niños.
Nando y Molly, los mejores amigos. |
Y asi, pasaron los meses, y me veo ahora sentada en medio de 2 hermosos gatos, recordando que fui una "CatBuster" en Unilever, que aun me quedan 2 bellas felinas en adopción (rescatadas hace 2 y 3 meses) y redactando mis 2 últimos casos: Totora y Ojitos.
Con el equipo de Rescate Animal, visitando Unilever para atrapar gatitos salvajes, en un proyecto conjunto para la esterilización de los mismos. |
Viviana, durante la jornada en Unilever, intentando capturar un gatito,
en las alturas.
Gatitas abandonadas fuera del Centro de Salud # 5, Durán. Día del rescate. |
Claudia y Sophie, en la actualidad.
TOTORA, LA GATA UNIVERSITARIA
Totora, en el consultorio, atendiendo pacientes. |
Muchos rescates comienzan asi: no ibas a rescatar a nadie, ibas estrictamente a hacer otra cosa. Pasaba por la Facultad de Medicina de la Universidad de Guayaquil, mi antiguo hogar, a ver a mi mejor amigo para entregarle una documentación.
Me acompañaba Johanna, quién se admiró de ver a una hermosisima gata blanca caminar tranquilamente en medio de los estudiantes. Recuerdo sus palabras: "Mira! una michu!"... y también recuerdo mi estúpida respuesta automática: "miauu miaauu!!". La seguimos, era demasiado mansa para no tener dueño. Se dejó acariciar y al cargarla, noté algo que llamó mi atención: una masa en región abdominal. Palpé, y efectivamente, era una hernia. Como ya es costumbre en mi, tomé muchas fotografías y consulté con mi veterinaria de confianza.
Johanna, sosteniendo a Totora. Obsérvese la masa a nivel de hemiabdomen izquierdo.
Consultamos si tenía dueño, pues tenía buen peso y no tenía pulgas. No, no tenía, pero era alimentada por los vendedores del Edificio Rizzo en la facultad. Explicamos la necesidad de resolverle esa anormalidad de su pancita, y que sería recomendable esterilizarla, para que no se produzca una sobrepoblación en la institución, que pusiera en riesgo la permanencia de esta colonia de gatos. Si, hay más de 15. Todos accedieron, y se despidieron de ella, esperando verla pronto y sana.
Mi amigo estuvo dispuesto a ayudar en el transporte a la veterinaria, y mi fiel compañera de lucha, Andrea, prestó nuevamente su hogar para recibirla antes de su cirugía, y durante el post operatorio. Con todo listo, la bautizamos "Totora" (versión infantil de la palabra "Doctora") y nos dirigimos a la veterinaria, donde Eliana la esperaba.
Totora, en camino a la veterinaria. Se portó muy bien, y se mantuvo tranquila.
Mi amigo Alexis, dispuesto a ayudarme siempre! Gracias a todos quienes apoyan nuestra labor :)
Ya en la veterinaria se confirmaron nuestras sospechas: era una hernia abdominal. Se decidió corregirla, y además esterilizarla. Presentaba buen peso, estaba limpia, y no podía ser más sociable. Paseó, jugó, tomó agua, comió e inspeccionó todo el lugar. Estaba muy relajada.
Totora siendo valorada por la Dra. Molineros de Mansión Mascota, en compañía de Johanna. |
Juguetona y engreída como ella sola, Totora se dejó acariciar por el entrenador de Beto y su doctora, Eliana. |
"Vamos a ver que hay de comer...", dice Totora. |
Recuerden esto: el comportamiento de un animal depende 98% de lo inteligente que sea el humano más próximo. El otro 2% depende de qué comió ese día.
Actualmente, Totora se encuentra en su hogar temporal esperando su cirugía, que será en 2 días. Si desean colaborar con este caso, se requieren donaciones de comida para ella.
OJITOS Y SU NUEVA FAMILIA
El vivir inmersos en nuestros problemas, sin echar un ojo al mundo que nos rodea, olvidando que el ser humano es un ser social y que debería interactuar y hacerse responsable del medio en donde vive, nos lleva a cometer las más terribles atrocidades.
Nos reportaron el caso de una gatita pequeña, que habitaba en un café restaurante, que presentaba una lesión en el ojo. La persona que reportó intentó en varias ocasiones convencer al dueño del animalito de llevarlo al veterinario, incluso ofreció pagarlo, pero por algún motivo que jamás entenderé, éste se rehusó... amenzándola con llamar a la policía, en caso de que se lleve a la gatita, y que la acusaría de robo. Ahora resulta que quién quiere tender la mano ofreciendo ayuda, es la que comete delito, no el agresor. Recibimos una foto del caso:
La imagen es impactante, es cierto. Pero las verdades crueles no deben ocultarse, sino denunciarse. No dar atención veterinaria a una mascota, por las razones que fueren, es maltrato.
Se procuró realizar el rescate lo más pronto posible, pero hubieron muchos inconvenientes que escapaban de nuestras manos. Al final, 2 días después, 3 voluntarios pudieron coordinar el rescate.
En casos como éstos en que el maltrato es EVIDENTE y desconcertante, el rescatista procurará ir con todo un armamento legal en su cabeza, dispuesto a encarar a los dueños y exigir la entrega de la gatita. Por suerte, son varios los compañeros de lucha, y entre todos pueden llegar a un equilibrio... la aproximación debería ser, inicialmente, de una manera calmada y asertiva.
Los voluntarios se acercaron al lugar en búsqueda del dueño de la gatita, quien no estaba. Los atendió una colaboradora del local. Se comunicó la denuncia recibida y el interés en ver el estado del animalito. Enseguida, fueron guiados a una bodega muy pequeña, bajo llave, con candado. Al abrir la puerta, en un espacio de 2mt x 1mt, se encontraba la gatita. Sin agua, ni comida, ni ventilación adecuada... tendría 2 meses de edad, blanca con cafe y rayas negras... asustada. La empleada del local aseguró que la lesión había aparecido "hace dos días". Cualquier persona con sentido común sabría que ella estaba mintiendo. No hubo que insistir mucho. Se le explicó que el animalito requeria de urgencia ser atendido por un veterinario, recibir alimentación y agua, y como claramente lo explicó uno de los voluntarios, "debía ser reubicada en un hogar RESPONSABLE que la cuide y le de afecto". La empleada accedió a entregar a la gatita "por el bien de ella, sobre todo".
Mientras caminaban hacia el auto... era inevitable no sonreir. No fue necesario discutir, nadie se rehusó a colaborar, y la gatita seguía viva... era esperada en la veterinaria... todo había salido mejor de lo esperado. Ellos eran su nueva familia, y todos quienes se había preocupado de sacarla de ese terrible estado. Estaban felices. No hizo falta tener mucho conocimiento legal, o experiencia en rescates, o mucho dinero... Para rescatar a un animal que sufre, hacen falta valor y deseos de ayudar.
Ojitos, durante su traslado a la veterinaria, el día de su rescate.
No sé cuantas veces habré dicho o escrito esto pero, lo que más se sorprende, es la habilidad de Ojitos para perdonar a la especie que le ha causado tanto daño: los seres humanos. Ella no fue agresiva, confió en aquellas personas que quisieron ayudarla. Ya en la veterinaria se confirmó su diagnóstico: había sufrido un trauma previo en su ojo que le causó una úlcera corneal, al no recibir atención veterinaria ésta empeoró, provocando severa inflamación e infección, con queratinización anterior. El ojo ya no es funcional. Pero si se deja pasar más tiempo, podría infectarse el otro ojito, por lo que la enucleación (retiro del globo ocular) es el tratamiento indicado.
Ojitos en la veterinaria |
A pesar de todo lo sufrido, Ojitos sabe perdonar a la especie que más daño le ha causado. Por suerte, existen personas que luchan por sus derechos y bienestar. |
Juguetona como ninguna, Ojitos se mantuvo entretenida durante la consulta veterinaria. |
Es muy guapa, y le encantan las fotos! |
Ñami! Riquísimo! Ojitos se esta alimentando con comida especial para que la ayude a subir pronto de peso, y además facilite su proceso de recuperación en el post operatorio. |
Los gatos, magníficos como ellos solos, nos han enseñado muchas cosas con el paso de los años:
- Existen desde hace 10 millones de años, y fueron los últimos en ser domesticados: RESISTENCIA
- Pueden pasarse horas capturando a su presa, y jamás se rinden: PERSEVERANCIA
- No pierden el control... se mantienen calmados incluso en situaciones de pánico: TEMPLANZA
- Dificilmente atacan a sus amigos humanos, y procuran siempre estar cerca de ellos en momentos difíciles: LEALTAD
- No se estresan, y descansan cuando lo necesitan: CALMA
- Juegan solos, si necesitan comer buscan su alimento, saben regresar solos a casa: INDEPENDENCIA
Y asi muchas otras virtudes que a nosotros, los humanos, nos hacen tanta falta. Los invito a conocer más sobre esta enigmática especie y a apoyar los casos de muchos de ellos en las diferentes organizaciones y fundaciones animalistas.
PD: En la mitad del blog, recibí una triste noticia. Perdón por haber perdido la inspiración :(