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jueves, 25 de agosto de 2011

The happiest night of the longest day


#listening  Paramore – The Only Exception

Habiendo dormido apenas 2 horas… mi preocupación era mayor a mis ganas de ocultarla. Imaginé situaciones difíciles que no podría manejar. Imaginé mis errores. Y el temor a fallar en la decisión más pequeña.

Sabiendo que nada está en mis manos, cerré mi mente y recordé lo que hace mucho había entendido: no está en mí, sino en El. Por qué he de temer? Pude dormir esas dos horas en tranquilidad. Al despertarme, imágenes de un trabajo bien cumplido, con seguridad y satisfacción, con conocimiento y amor, invadieron mi mente. Sentí paz. Y la mañana se completó con señales de que mis sueños están más cerca.

El día fue el más largo y agotador. Hubo inconvenientes desde el inicio, pero no perdí la calma. Cuando estas en paz, cuando comprendes tu pequeñez es sencillo dejarse llevar por Aquél que conoce Bien lo que necesitas, y te lo brinda. El trabajo había empezado.

Tantos rostros conocidos, tantos dejados atrás… recuerdos de casi una década luchando por conseguir esto… lo que estamos haciendo. Mi esfuerzo igual que el de todos. Mi dolor y alegría, reflejada en ellos. Los admiro, porque se lo que costó.

Guardé la calma y dejé el nerviosismo de lado. Esperé lo que hubiera que esperar, sin temor a verme sola, sin remordimiento de restar un poco de tiempo a quienes amo… pues ellos, entienden que es lo mejor, en ese momento. Viva por dentro, segura… esperando lo mejor. Pronto, las decisiones cambiaban… Es que no eran mías, sino de Él. 

A seguir esperando… los factores externos no me detenían de ver el evento inmenso que ocurría: Si, nosotros, los que hace muchos años entramos con miedo a una aventura casi imposible de terminar, estamos aquí… decidiendo donde aplicar lo que tanto nos costó conservar en memoria y vida, para ayudar a otro. Es emocionante… es… parte de la carrera a la meta.

Se acababa el día, pero no la experiencia. Con temor se esperaba una respuesta. Con apoyo, con excelente apoyo… personas que sostienen mi vida tan solo con estar ahí. Son extremadamente valiosos para mí, y es orgullosamente cautivador verlos a mi lado aun cuando no se los pido, siendo parte de ésta vida mía … y volviéndome infinita. Amigos, los amo.

Llegó la noche, que parecía cansada, con la mejor sorpresa. La envidia, el conformismo, o quizás la insufrible realidad de un ser mezquino quiso interponerse ante el deseo general. No es poco común esto, pero sigue siendo indignante. Todos, como uno solo, fuimos firmes, olvidando el pasado, siendo un presente productivo. Se olvidó todo lo que antes nos separaba… y solo en esa unión encontramos fuerza. Humildad es lo que aprendí de este día eterno. Agradecer a quien veló por mis sueños sin apenas conocerlos, el apoyo de amigos, completamente desinteresado, porque creen en ti. La responsabilidad interna de hacerlos sentir orgullosos. Las ganas locas de abrazar a quien esperó por ti todo el día, solo por saber que lo lograste. Se puede ser más feliz?

Este ha sido el mejor día, no importa cuanto haya durado. Aprendí en 24 horas lo que no hice en un año. Y se confirma que no es en mi tiempo… y si lo aprendo así, las cosas serán mejores cada instante. Su Tiempo, Su Plan… y yo, Su instrumento.

Gracias Dios por los amigos maravillosos, por aquellos a quien amo y por aquellos que defienden el interés común sobre el individual. Gracias por la amistad, el respeto, compañerismo y regocijo con ajenos que te hacen parte de sus vidas.

Felicidades, Médicos Rurales 2011- 2012. Este es NUESTRO AÑO!